La guía definitiva para pulpitos de iglesias
La guía definitiva para pulpitos de iglesias
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A la derecha el ara pétreo siloesco de san Bernardo. Entre el púlpito y el altar una de las lápidas recordatorias de los sacerdotes diocesanos inmolados durante la guerrilla civil y cuyos nombres estarán para siempre: VIVENT NOMINA EORUM IN ÆTERNUM.
Esto se da mucho en invitados, que conocen lo que a la iglesia le gusta: reír y sentirse aceptablemente. De ahí que preparan mensajes cargados de chistes.
La pintura del Espíritu santo en la cátedra de la palabra recuerda que es él quien acrecienta y fortifica la Iglesia: Por entonces las iglesias gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria pues se edificaban y progresaban en el temor del Señor y estaban llenas de la consolación del Espíritu santo (Act 9,31).
La decoración del púlpito tiene como objetivo realzar su belleza y solemnidad, creando un ambiente de reverencia y respeto para la palabra de Dios.
La decanoía de púlpitos constan de varias partes: la «escalera», situada más o menos del pilar que sostiene el púlpito o abierta en el mismo o en el pared adyacente; el «sostén», que puede estar en voladizo o reposando sobre el pavimento; la «tribuna», que se divide en «plataforma» —sobre la que se coloca el oficiante— y «antepecho» o «pretil», parapeto que cierra la parte inferior del púlpito; el «atril», soporte para colocar los libros o lecturas; y el «tornavoz», dosel que cubre el púlpito en su parte superior y que favorece la transmisión del sonido.[2]
Algunos ejemplos notables de púlpitos en el arte son la predicación de Santo antonio de Fra Angelico, la predicación de Santo juan bautista de Donatello y el púlpito de la catedral de pisa de Giovanni Pisano.
Ambón o púlpito de Enrique II en la capilla palatina de Aquisgrán. Los púlpitos se utilizaron en las primitivas iglesias o basílicas, donde eran una variante de los ambones, la destinada a la leída de los salmos.[2] Se disponían a la entrada del coro a manera de tribuna cuadrilongo sobre una plataforma de poca elevación, a la cual se subía por gradas laterales y en ellos se cantaban la epístola y el Evangelio en las misas solemnes y se anunciaban al pueblo las fiestas.
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Todo coro posee un conjunto de sillas que están distribuidas en dos niveles formando una U, la cual se abre cerca de la zona del presbiterio, en torno a el ara donde se oficia la culto. Está constituido por dos hileras de sillas encadenadas, varios atriles, un facistol y uno o dos órganos.
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Los grupos narran los episodios de la vida de Cristo a posteriori de su asesinato, sin cumplir con la estricta secuencia narrativa de los Evangelios y con la adición del Crucifixión de San Lorenzo, en honor del titular de la iglesia.[4]
La otra palabra en alemán kanzel recuerda la posición del ambón en la mampara del coro (cancelli). Durando distingue claramente el púlpito del cancelli y el stalli del coro. Como parte del ajuar de la iglesia, el púlpito se caracterizaba por su posición y uso independientes; se le halla separado del coro y empujado alrededor de Delante en la parte central de la nave más allá del coro para cantantes, como lo indica un gran círculo en el plano de construcción de Santo Gall (820). La analogia, o pupitres de leída para la epístola y el Evangelio, se mantuvieron a los lados del coro, y se utilizaban para la misma finalidad que el ambón, que, como perteneciente al coro, se consideraba una parte del cancelli y se utilizaba principalmente para observar o cantar las partes de la liturgia.
Por otro ala, el uso de imágenes proyectadas o pantallas pueden ayudar a complementar la experiencia de oración, mostrando trivio de himnos o pasajes de la Biblia que acompañen la liturgia. Esto permitirá a los fieles ver y descubrir juntos las oraciones, lo que puede ocasionar un sentido de unidad y comunidad.
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